El pasado Jueves 17 de noviembre se realizó un manifestación masiva contra el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos de América (TLC). En esta marcha se unieron por primera vez en meses, o años, varias instancias publicas, como, Universidades (UCR, ITCR, UNA), ICE, AyA, y varios sindicados de trabajadores, donde en la mayorías de los casos no son presas de la burocratización, que desvían la representación de los trabajadores por la de intereses personales, provocado por su distanciamiento de las bases. Este ejemplo lo podemos ver en el conflicto resiente de ASTRAA, sindicato de trabajadores del AyA, donde sus trabajadores se sintieron traicionados cuando sus representantes del sindicato, no consultaron con sus bases para tomar la decisión en la negociación con el gobierno. Esta poca democracia en los procesos de lucha es la causante de generar apatía de los ciudadanos ante los sindicatos, ocultando, dejando en segundo plano, las conquistas históricas en la lucha de clases. Nuestro sector, el Universitario se dio cita en el pretil de la Universidad de Costa Rica (UCR), donde llegaron grupos de otras universidades, y otras organizaciones gubernamentales.
Como siempre a pasado, los medios de difusión masiva hicieron bien su trabajo de desinformación, y vulgarización de nuestra lucha. No importa. Nuestra Costa Rica, gracias a su historia de lucha por la educación no come cuentos baratos. Algunos siguen en ese mundo de fantasía de la imagen, pero no son mayoría, y nosotros los estudiantes, tenemos la obligación civil de rescatar esos obreros adormecidos por cuentos irrealizables, cuentos irreales. Nuestras ideas, en la mayoría revolucionarias, tiene que ir a la acción, no dejarlas como simples ideologías conmiseradas, mártires del alma, tenemos que ser congruentes con nuestro pensamiento.
La marcha partió de la UCR, por ahí de las diez y cuarto, donde nos unimos a los compañeros de las otras instituciones en la capital, camino a la Asamblea Legislativa, para protestar al frente de la burguesía parlamentaria, y unos escasos pequeños burgueses (reformistas, algunos de ellos están en contra el Tratado). Algunos de ellos hicieron discursos en una pequeña tarima improvisada al frente del plenario, donde, obviamente, solo ellos hablaron, y algunos estudiantes oportunistas. Tenemos que llamar a la unidad, ya que las circunstancias obligan a la unión de aquellos que compartan nuestra preocupación inmediata, que es la ratificación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.
Salgamos, compañeros, es ahora cuando tenemos la obligación de defender nuestra soberanía, por el bienestar de nuestros hij@s y las futuras generaciones, no somos “bochincheros, peloteros” somos poseedores de un conciencia real, basada en la historia, no en idealismo conmovedores construidos sobre bases faltas sin fondo ni forma. Queremos motivar a la formación de opinión, no mediante al temor de ser despedidos (como se ha comprobado en fabricas de empresas privadas, donde se pasó un comunicado para la marcha de la otra semana a favor del TLC, donde personas humildes salen a luchar por el lucro de dos o tres personas, en su mayoría extranjeros, dueños de estas maquilas). La verdadera opinión es esa que nace del pueblo, no impuesta al pueblo, esa que garantiza la verdadera democracia. Formemos opinión, leamos, hablemos con conocedores, pensemos nosotros mismo.
Yo defiendo lo que pienso, pero es lo que pienso, y se me tiene que respetar, porque tengo los argumentos para defenderlos, respeto aquellos que defienden lo que piensan, repudio aquellos que defienden ideas vendidas, sin ningún argumento que las respalden, por pereza mental, que prefieren confiar ciegamente en figuras, en sonidos, y escenasrepudio aquellos que quieren que luchen su lucha, los oportunistas, que saben, tiene su opinión, pero no la practican, quieren que luchen su revolución, los cobardes.
Como siempre a pasado, los medios de difusión masiva hicieron bien su trabajo de desinformación, y vulgarización de nuestra lucha. No importa. Nuestra Costa Rica, gracias a su historia de lucha por la educación no come cuentos baratos. Algunos siguen en ese mundo de fantasía de la imagen, pero no son mayoría, y nosotros los estudiantes, tenemos la obligación civil de rescatar esos obreros adormecidos por cuentos irrealizables, cuentos irreales. Nuestras ideas, en la mayoría revolucionarias, tiene que ir a la acción, no dejarlas como simples ideologías conmiseradas, mártires del alma, tenemos que ser congruentes con nuestro pensamiento.
La marcha partió de la UCR, por ahí de las diez y cuarto, donde nos unimos a los compañeros de las otras instituciones en la capital, camino a la Asamblea Legislativa, para protestar al frente de la burguesía parlamentaria, y unos escasos pequeños burgueses (reformistas, algunos de ellos están en contra el Tratado). Algunos de ellos hicieron discursos en una pequeña tarima improvisada al frente del plenario, donde, obviamente, solo ellos hablaron, y algunos estudiantes oportunistas. Tenemos que llamar a la unidad, ya que las circunstancias obligan a la unión de aquellos que compartan nuestra preocupación inmediata, que es la ratificación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.
Salgamos, compañeros, es ahora cuando tenemos la obligación de defender nuestra soberanía, por el bienestar de nuestros hij@s y las futuras generaciones, no somos “bochincheros, peloteros” somos poseedores de un conciencia real, basada en la historia, no en idealismo conmovedores construidos sobre bases faltas sin fondo ni forma. Queremos motivar a la formación de opinión, no mediante al temor de ser despedidos (como se ha comprobado en fabricas de empresas privadas, donde se pasó un comunicado para la marcha de la otra semana a favor del TLC, donde personas humildes salen a luchar por el lucro de dos o tres personas, en su mayoría extranjeros, dueños de estas maquilas). La verdadera opinión es esa que nace del pueblo, no impuesta al pueblo, esa que garantiza la verdadera democracia. Formemos opinión, leamos, hablemos con conocedores, pensemos nosotros mismo.
Yo defiendo lo que pienso, pero es lo que pienso, y se me tiene que respetar, porque tengo los argumentos para defenderlos, respeto aquellos que defienden lo que piensan, repudio aquellos que defienden ideas vendidas, sin ningún argumento que las respalden, por pereza mental, que prefieren confiar ciegamente en figuras, en sonidos, y escenasrepudio aquellos que quieren que luchen su lucha, los oportunistas, que saben, tiene su opinión, pero no la practican, quieren que luchen su revolución, los cobardes.