martes, octubre 25, 2005

Las Mujeres Embrujadas de Esperanza (parte #6)


"Y antes que el carmín de la mañana caiga sobre tu piel de zapatos finos, veré nacer dentro ti amor, el fruto de nuestro amor. Tu heces."

El cuarto olía a almohada húmeda, la cama era un adorno, ya que parece más cómodo dormir de pie en bus bajo la lluvia, tenía un colchón petrificado por el sudor. Las colchas servían de filtro para el café, estaban todas amontonadas en una esquina. Al lado de la cama una mesita abarrotada de libros, con una lámpara que salía del montón como chinas buscando luz. Había prendas de ropa tiradas aleatoriamente por todo el cuarto, debajo de la cama, pantalones de 1980, con olor a barro y piel. Al frente de la cama el closet de dos puertas, como padre abriendo iglesia. Al lado del closet, un escritorio con una máquina de escribir y varias hojas medio escritas esparcidas, al frente, un ventana con vista al patio. El cuarto era tan pequeño que si abría la puerta derecha del closet, tenía que quitar la silla del escritorio, y si abría la izquierda tenía que mover la mesa de noche, lo cual era imposible, lo que explica porque el abuelo usaba de closet todo el cuarto, más cuando se tiene parkinson y tic’s nerviosos. Los espejos hacían que le cuarto pareciera mucho más grande, sino el abuelo hubiera muerto muchísimo antes por claustrofobia. Andrés estaba sorprendido, el nunca había entrado al cuarto, sentía la misma curiosidad de guila en museo criminológico, fascinación y miedo. Ahí estaba, parado en medio del cuarto con el pulso acelerado, pensando en la vaca asesina y el abuelo suicida. Donde empezar, decía por dentro y por fuera, estiró las dos manos y miró al techo. Los espejos del techo reflejaban el desordenado escritorio.
Las cartas, eran nueve, escritas en un papel amarillento que hacía pensar que fueron encontradas en una botella en el mar. Empezó a leerlas una a una, sentado en la silla incomoda del escritorio, tenía la sentadera con forma de culo esquelético. Eso no importaba, ni el olor, ni la estreches, ni los sustos de verse cuatro veces en cada pared deformado por los espejos viejos, estaba tan metido en el pasado más reciente, el de las cartas, que no pudo tener miedo. Seis de las nueve cartas eran intentos, nada más. La poca fuerza del abuelo les dio el chance de morir sin arrugarse. De las tres restantes dos eran poesías, una llamada “Oda a la Maldita Desalmada” y la otra “Come mis Verdes Prados”. La carta restante era desconcertante. Era dirigida a Lucrecia. Andrés, al leer, supo inmediatamente que el abuelo tenia un obsesión extraña con las vacas, talvez porque sabía la verdad y nunca quiso seguirla.

Oda a la Maldita”.
Oh maldita desalmada, muérete conmigo, junto a mi sombra.
Huele mi corazón verde odio para que te den ganas de comerlo.
Pásalo por donde quieras, tarde o temprano seré excremento para tu pies.
Y yo feliz de ser pisado, y así, hacer tus pies malolientes,
Para que nadie te huela, te lleve y te bese.
Adiós maldita
.

La leyó como diez veces. Te odio. Sintió la herida al rojo vivo, no por el abuelo, ni por Lucrecia, sino por él y su maldita. La segunda era la del suicidio, así lo interpreto Andrés entre llantos personales.
“Come mis Verdes Prados”
Aquí lo tengo, debajo de la piel.
Atrévete, no seas cobarde, es de color verde musgo.
No te escondas en cuerpo de vaca, que te puedo oler.
Llévatelo que estorba y duele.
Son verdes prados aprisionados y compactos,
Muertos por tu boca.

Estaba loco. El abuelo alucinaba con Lucrecia Borgia personificada en un vaca, y eso lo llevó a morir entre sus pesuñas. Quería sentir sus delicadas caricias, ella nunca le daba afecto.
La carta del abuelo era dirigida a Lucrecia Borgia, su Lucrecia Borgia, la vaca . Andrés vio sus esperanza derrumbarse, una vez más, el abuelo no supo resolver el asunto de la vaca, si no que lo volvió loco, el sabía la raíz de sus problemas, tenía conciencia sobre ella, y no pudo.


___________________________
Día de Hoy, Hace como calor mi amor,
del año después del Anterior, o sea este año.

Estimada Lucrecia Borgia:

Hoy, me volviste a ignorar. Dejaste que te tocara las ubres, pero como siempre la indiferencia de tus ojos redondos me decía que no disfrutabas el momento. Ya sé, ya sé, era temprano, pero ni un beso al verme! Cuando me miras, así, si como así, exacto así me vuelves loco, pero de los que no se dan cuenta que están locos, y como yo creo que no soy loco entonces si soy de los anteriores. Y antes que el carmín de la mañana caiga sobre tu piel de zapatos finos, veré nacer dentro ti amor, el fruto de nuestro amor. Tu heces. Desde hace tiempo que la guardo en la bodega, para que veas cuanto te quiero. Han nacido horrendos hongos de amor, si esos que te doy toda las mañanas, te ponen tan feliz amor. Ves, ves que si te quiero, y tu nunca me lo agradeces, mala mujer. Siento como una presión en mi pecho, creo que estoy tan enamorado que te voy a regalar mi corazón, ya lo tengo todo planeado, espero que con esta prueba aceptes por lo menos una olidita de aquellas de antes, de tu piel, si, si por favor. Me hacen falta tu olor, ese que hizo que hiciera lo que se suponen que ya olvide, porque te voy al olvidar en serio, y para siempre. Disfruta esta carta, porque las anteriores te las comiste muy rápido, cómela más lento para que saborees todos los detalles.

Cuídate, te llevo dentro de mi establo amor. Adiós. Chao.

Att. Albertino Solís
PD. O como tu me dices amor, muuuuuu.
___________________________

Juana Viale tenía un concepto de hombre perfecto que garantiza su hegemonía, aunque signifique esclavitud y tortura para su extranjero. Lo soledad de Juana se resolvía así, como dictadora, libertad a costas del sufrimiento. El extranjero se regía bajo el régimen del terror. El miedo nos hace esclavos, siempre y cuando no sea un miedo instintivo, de los que nos salvan la vida, como miedo a tirarse de un puente, o miedo a cruzar la autopista a las seis de la tarde. Pero con solo un olidita a ese perfume de rosas, me aguanto, decía el extranjero. Juana se empezó a dar cuenta de los otros vicios del extranjero, y tuvo envidia. Su hombre perfecto no tiene vicios, no sale, no fuma, no toma, asiste a la iglesia, le cocina, le caricia (cuando ella quiere), la invita a salir, la lleva, la trae, y cualquier cosa que altere esto se tiene que cambiar, y se cambia, porque si no “te dejo”, decía Juana Viale. El extranjero, drogado por esos ojos vivos y desinteresados (a no ser que quiera algo), lo hacía por amor (o sea, por miedo). Ya había pasado más de seis meses, y Juana sufría. Su pueblo, Esperanza, estaba abarrotado de extranjeros, miles y miles de ellos aglomerados en un pequeño territorio mágico. Sus amigas contaban historias increíbles, de extranjeros perdidos que hacía lo que fueran por ellas. La mejor de las amigas se llamaba Diana, no ayudaba en nada a su amiga. La hacía sentir miserable, Juana solo tenía a un mísero extranjero, mientras ella coqueteaba con dos o tres a la ves. ¡Que envidia! ¡Y todos europeos!, decía Juana. Diana, perdida en su vida fantasiosa, satisfacía sus instintos a placer, aparentaba ser libre de escoger a su antojo, por el más guapo, el más fuerte, el menos feo, el deportista, el alpinista, cualquiera. Hasta que conoció a Alberto. Alberto había tenido un accidente de pequeño, cuando salió precipitadamente a recibir a su papá del trabajo y olvidó tres gradas, lo cual fracturó su nariz y perdió el olfato. El olfato permitía que el síndrome ingresase al sistema, como piedra de crack, al instante. El tenía un sistema de mariguano, era drogadicto, pero su droga no era tan dañina como la piedra. La frustración de Diana, se basaba en la impotencia que tuvo ante él, nunca había sentido tanto desprecio, es más, nunca había sentido desprecio. Cuando hablaba con Juana, le pintaba su vida desenfrenada como feliz y placentera, mientras en realidad vivía frustrada por aquel amor no correspondido. Juana tenía que buscar otro extranjero, no bastaba el suyo. Este plan implicaba dosis grandes de rocío de rosas, tenía que producir más, cueste lo que cueste, y el extranjero, en un camino seguro al suicidio. Empezó a diseñar su plan, con lujo de detalles.


Continuará...


Pablo Andrés Quirós Solís
Martes 25 de octubre del 2005

martes, octubre 18, 2005

Teoría de la Atracción de Cuerpos en el Mar

Figura 1 - Criminal , Alguaro y Nochis, etapa de recolección de información.

Nos encontrábamos, hace ya algunos meses, reunidos varios científicos en Puntarenas conmemorando la llegada de un prestigioso científico de la universidad Supeléc (Ecole Superieure d'Electricite) de Francia, Alguaro Arguello. El estudio no fue planeado, lo admitimos con toda sinceridad, ya sumergidos en aguas salinas broto empíricamente todas las pruebas que nos han llevado a curiosas conclusiones. Estábamos tranquilamente apreciando el mar, sentados en la arena, cuando decidimos introducirnos al mar. El señor Don Chas (Eddie Marchena), desistió de la idea (no sabe nadar el baboso), y decidió meditar en solitario. Mientras estábamos en el mar, constatamos tres elementos femeninos (simétricos) que se acercaban poco a poco hacia nosotros por alguna razón misteriosa. Momentos después los elementos femeninos desviaron su curso, y se dirigieron hacia otros elementos masculinos (simétricos). Consternados, constatamos que la corriente que atraía las mujeres se desvió con la introducción de los elementos masculinos al agua, aquí nació la sospecha. Utilizaremos un vocablo científico para referirnos a los sexos, denominando como simétrico a los cuerpos perfectos que emanan belleza, y asimétricos a los cuerpos inversos de los simétricos (los realmente feos), los cuerpos semi-simétricos deambulan entre estos dos extremos (dependiendo de la necesidad). A continuación introduciremos los científicos participantes en el estudio:

Alguaro Arguello
Físico Nuclear.
Físico Quántico.
Fundador de la Teoría Etílica del Aguante Borrachin.
Especialistas en Corrientes Submarinas en Cuerpos Femeninos.







Pablo Quirós
Sociólogo, Filósofo, Mariguano, sicoanalista y Poeta.
Maestría en Comportamiento Humano en Zonas Tropicales (con poca ropa).
Especialista en Comportamiento Humano.







Eddie Marchena
Físico Quántico.
Doctorado en Física Astroespacial con Énfasis en Relatividad.
Especialista en Rotación Espacial de la Tierra y su Influencia en las Mareas.








Adrian Murrillo
Biólogo Submarino Nuclear de Manglares Solares.
Maestría en Cuerpos Flotantes en Aguas Salinas.
Especialista en Belleza de Cuerpos Simétricos.








Jumín Gomae Terna
Doctor de la Relatividad del Fondo Blanco.
Maestría en Alargue de la Vida de Cuerpos Sumergidos en el Alcohol.
Especialista en Etílica Farmacéutica.








Método Sicoanalítico, Influencia Subconsciente de los Cuerpos al Mar
Pablo Quirós


Este pequeño estudio sicoanalítico del comportamiento Humano nació hace muchos años cuando Freud desarrollo su teoría del subconsciente, que radica en que los seres humanos se rigen principalmente por el subconsciente. Mediante métodos sicoanalíticos se puede sacar a flote explicaciones a comportamientos humanos, antes desconocidos. Veamos la figura 2.

Figura 2 – Como los seres Humanos somos atraídos al mar por el subconsciente. En la figura, cuerpo simétrico, tomada como muestra al azar.

Los seres Humanos somos atraídos hacia el mar por las siguientes razones:

· Buscamos nuestros orígenes, nacimos del mar (teoría de la evolución, Darwin).
· Mayor cantidad de cuerpos semidesnudos, teoría de la atracción sexual y reproducción humana.

Hemos analizado varias propuestas teóricas pero hemos llegado a la conclusión que estas recaen sobre las hipótesis planteadas anteriormente. Unas de estas, fuertemente defendidas por algunos sectores de la población son la siguientes:

· “Voy al mar para broncearme”: Desea ir al mar, porque considera que con la piel morena puede atraer otros humanos, cae sobre la hipótesis 2.
· “En el mar la vida es más sabrosa”: al parecer existen muchas razones por las cuales podría ser más sabrosa la vida en el mar, las cuales recaen fuertemente por la actividad sexual que en el se desarrolla, cae sobre la hipótesis 2.

Se ha visto casos por los cuales los seres humanos no frecuenta el mar, se concluye que estas anormalidades se deben a traumas sicológicos sufridos en la niñez. En su gran mayoría por aberraciones sexuales. También se han visto casos de humanos con imposibilidades físicas, de orden sexual, que no presentan su natural inclinación de búsqueda marítima.

Cómo los Cuerpos Femeninos Circulan con Mayor Facilidad
Alguaro Arguello

Figura 3 – Pruebas de campo, conduciendo el balón (recopilador de partículas terrestres).

Ya aclarado el panorama sobre la razones por cual los seres humanos llegan hasta el espacio físico de nuestro estudio podemos continuar con nuestro análisis. Se detecto, empíricamente primeramente, que los cuerpos femeninos de orden simétrico tiene mayor facilidad de circulación por las corriente, hasta ahora desconocidas, mientras que los masculinos de orden simétrico se quedan estáticos.
También se concluye que los masculinos de orden semi-simétrico, y asimétrico tiene que acompañar su espera con nados de 45º grados con el fin de formar corrientes y atraer cuerpos simétricos, y semi-simetricos (el que no cuerea no culea), se descartan nados para cuerpos asimétricos.
Se concluye lo siguiente:

Figura 4 – Cuerpo semi-simétrico, se le da.

· Cuerpos simétricos femeninos: se los lleva la corriente.
· Cuerpos semi-simétricos femeninos (ver figura 3): corren más lento ante la corriente.
· Cuerpos asimétricos femeninos: No corren ante la corriente, se comportan como cuerpos simétricos masculinos. Ver demostración de Adrian Murrillo.
· Cuerpos simétricos masculinos: esperan la llegada de cuerpos simétricos y semi-simétricos femeninos, si necesidad de formar corrientes.
· Cuerpos semi-simétricos masculinos: tiene que formar corrientes en un ángulo de 45º grados con bastante fuerza, ya que las corrientes formadas naturalmente, ver demostración de Eddie Marchena, son muy débiles.

Las Mareas y sus Corrientes debido al calentamiento de las Aguas por Atracción de Polos Apuestos
Eddie Marchena

Figura 5 - Jumín Gomae Terna demostrando porque los cuerpos caen en estado de invernación etílica (Teoría del alargue de la vida de cuerpos sumergidos en el Alcohol).

Lo hasta ahora demostrado no explica como los cuerpos simétricos masculinos forma espontáneamente corrientes que atraen cuerpos femeninos simétricos y semi-simétricos. La existencia de nuestra humanidad radica en la atracción de cuerpos de sexo opuesto (o complementario) . Las corrientes marítimas se ocasionan de dos maneras:


· Cambio brusco de temperaturas.
· Magnetismo de seres con polaridad opuesta.

La primera hipótesis fue demostrada, por lo que no interesa para el presente estudio. La segunda hipótesis es la formulada por mi persona, ante la incógnita de la formación de estas extrañas corrientes. Se llegó a conclusiones que no dejan de lado la primera hipótesis (cambios de temperatura). La atracción de cuerpos de sexo opuesto simétricos forma un campo magnético que caliente el agua, el cual a su vez forma corrientes tradicionales, antes “misteriosas”. Se concluye lo siguiente:


· El grado de magnetismo es proporcional al grado de simetría (sea masculina o femenina).
· Los asimétricos no forman magnetismo, a no ser que sea con otro asimétrico.


Figura 6 -
Muestra tomada para el estudio.



Porque los Cuerpos Asimétricos Femeninos se Comportan como cuerpos Masculinos
Adrian Murillo

Figura 7 - Cuerpos simétricos despues de ser atraidos por cuerpos asimétricos femeninos con comportamientos simétricos masculinos.

Se ha constatado que los cuerpos asimétricos femeninos se comportan como cuerpos masculinos (sean simétricos, asimétricos o semi-simétricos). Estas corroboraciones se hicieron con una muestra de al menos 213,3 mujeres asimétricas (la sumatoria se hizo contando las mini-coupers como porcentaje de mujer desarrollada es decir, 0,2 es un dos por ciento de una mujer normal), la desviación estándar es de 3,1, lo cual resulta un acercamiento muy real. Del estudio se concluyo que:

• Las mini-couper’s simétricas se comportan igual que las simétricas enteras.
• Las nicas guapas se consideran mujeres semi-simétricas.
• Las asimétricas son hostiles, y tienen comportamientos muy primitivos.
• Algunas simétricas frecuentan con asimétricas para mantener el equilibrio (teoría de la antimateria).

lunes, octubre 17, 2005

Las Mujeres Embrujadas de Esperanza (parte #5)


"Las viejillas, al ver el corazón descubierto, se hablaban al oído, y Andrés curioso hizo silencio para oír lo que hablaban. 'Fue un suicidio'"


Las viejitas estaban entrenadas. Ellas sabían todos los protocolos de entierro. El abuelo estaba feliz de que abrieran su cuerpo y sacaran sus vísceras como cuando matan un chancho, tenía una sonrisa extrañísima que se mantenía gracias al rigor mortis. Dentro de protocolo estaba la contratación de las mujeres llorosas. Hacían cálculos de seres queridos, conocidos, vecinos, compañeros de trabajo, chóferes de buses, deudados, exnovias, asesinados, jefes, suegras y asaltantes, metían todos los datos a una formula matemática que mezclaban estos porcentajes de personas con un factor de posibles pecados no perdonados multiplicado con un factor de graves. Esta formula fue dada por Dios a través de un padre matemático que tenia el monopolio del alquiler de las mujeres llorosas. Andrés estaba presente cuando abrieron al abuelo, y pudo ver el corazón. El momento recordó como cuando abrimos un paquete de frituras lleno de aire (para dar menos producto) que se resiste a abrirse, y de pronto explota. No olía mal. Los chorizillos cayeron al piso, la mesa era angosta. Seguidamente tenían que cortar el tórax al medio, con la ayuda de un machete afilando, con el fin de desprender los órganos faltantes. Era negro, y duro como una piedra. Las viejillas, al ver el corazón descubierto, se hablaban al oído, y Andrés curioso hizo silencio para oír lo que hablaban. “Fue un suicidio”. Al escuchar lo que hablaban, decidió callar para no afectar la contratación de las mujeres llorosas, no había plata para contratar más, además él sabia que sería un golpe duro para su orgullosa mamá. Andrés empezó a sospechar del nombre gravado en letras rojas con negro en el pecho del abuelo, apuntó el nombre “Lucrecia Borgia” en un papel y lo deposito junto a papeles amigos en la billetera. Tenía muchísimo escepticismo sobre lo que dijeron los policías y lo que dijeron las viejillas. La casa estaba abarrotada de personas recordando momentos amenos del pasados donde el abuelo actuaba papeles secundarios. El cuarto del abuelo estaba un poco desordenado, tenía paredes cubiertas de espejos, con el fin de ayudar a coger los objetos con mayor facilidad, fue idea de él, odiaba que lo ayudaran. La curiosidad de Andrés nació de la doble imagen del abuelo. El abuelo que él conoció era muy distinto al que contaban los más viejos de la familia. Se dedicó toda la tarde a registrar el millón de cachivaches que guardaba el abuelo para no olvidar el pasado.
El embrujo empezó a esparcirse por los alrededores, y empezaron a aparecer varios pretendientes de Juana Viale, todos exigían lo mismo, exigían la separación de ella con el extranjero. El proceso de embrujo de los pretendientes fue paulatino, solamente aquellos amigos que tenían más de un curso común con ella y además estaban sentados a menos de dos campos de ella, caían, se vieron varios casos de unos que compartieron el campo de un bus con Juana y al final del viaje estaban perdidamente enamorados de ella. Cuando Juana Viale caminaba por los alrededores de la universidad el extranjero siempre estaba atento, ya que se podía ver como los pretendientes se escondían al mover la vista, atrás de un árbol, simulando conversar con cualquiera, pretendiendo pretender. Eso lo volvía loco. El extranjero la quería perdidamente, como el piedrero al crack. Juana Viale de su parte se sentía muy alagada de ver a los hombres así por ella, eso es natural, su embrujos no quitaba sus instintos de mujer. El extranjero, ante el peligro de ver más de un pretendiente merodeando la zona, exigía besos públicos, declaraciones públicas de amor, abrazos en zonas de alta visibilidad, con el fin de espantar esos nuevos adictos. Ante la vista de cualquier ser humano eran meras aptitudes de hombre celoso, pero no lo era así, era sus instintos de supervivencia, porque sabía que sin Juana moría. Ella tenía todo el poder sobre el extranjero, con solo dos palabras podía hacer lo que quisiese con él. “Te dejo”. Así empezó la transformación del extranjero a como Juana quisiese, a semejanza del concepto de hombre perfecto que ella tenía. El extranjero no pudo soportar la dosis normal de Juana. Él para sobrevivir, se hizo adicto a otras sustancias más solitarias (a excepción de sustancias poderosas que crearon amigos imaginarios, todos relacionados en cierta manera con Juana). El concepto de hombre perfecto de Juana no era compatible con el extranjero, pero si cumplía con el requisito fundamental, el ser extranjero.

Continuará...

Lunes 17 de octubre de 2005
Pablo Andrés Quirós Solís

martes, octubre 11, 2005

Las Mujeres Embrujadas de Esperanza (Parte #4)


"Quería ver la sangre del cerdo correr por los rieles, y saber que el murió cinco segundos antes que ella(...)"

Para los transeúntes conocidos el asunto de la vaca no tenía ninguna trascendencia, para Andrés era la clave. En el instante receptivo no entendió. Era simple, demasiado simple. Asunto de límites. El miedo pavoroso de su realidad lo hizo mal soñar con el animal que le recordaba su maldita naturaleza, le hablaba, sentía que se revolcaba por su par de estómagos como mala hierba. Pero ella era buena, la vaca por supuesto, era un animal amigable, comestible. Así se quitaba el miedo inconsciente. Al otro día volvió, apurado por deporte, en busca del abuelo. En esos días el gobierno había puesto en marcha el viejo tren, nunca pensó poder morir por este medio de transporte. Se imaginaba esas historias de vaqueros donde amaraban a la vía férrea a infieles, mártires y revolucionarios. Ahí estaba, toda amarrada con cadenas y sogas, los ojos descubiertos, brillosos y húmedos, como reflejo de río acaudalado, y su maldito, a menos de cinco metros. Ese estaba amarrado solo de la cabeza, tenía una cadena estrecha en su cuello que lo aprisionaba contra el riel, gritaba desesperadamente, y Andrés, en su imaginación, sentía un placer indescriptible. Quería ver la sangre del cerdo correr por los rieles, y saber que el murió cinco segundos antes que ella, para saber que por lo menos lo vio morir y sintió el dolor asqueroso de ser salpicada por sesos y dientes. Así la odiaba. Cuando llegó al pueblo del abuelo olía mal. Era normal ver a viejitas vestidas de negro celebrando la muerte de cualquiera, por los cafés y los lloros en coro, lo que no era normal era el olor a azufre. Aceleró cuando pasaba por la iglesia, por aquello que el diablo saliera, y cuando llegó a la casa del abuelo estaba su madre llorando desesperadamente junto a sus once hermanas. El abuelo había muerto. Al parecer el abuelo se había puesto esa mañana una camisa turística, de esas llenas de flora y fauna, y fue atacado por una vaca loca. Se comió toda la camisa, el abuelo estaba tirado en el suelo todo pisoteado, con el pecho descubierto. Al acercarse Andrés al cuerpo recordó los sueños que tuvo esa misma noche. El abuelo tenía los ojos abiertos, blancuzcos, sobre su pecho descubierto la mano izquierda en posición de himno Nacional. Parecía que ocultaba algo. Agarró el banquito y corrió la mano. El abuelo tenía un tatuaje. “Lucrecia Borgia te odio”.

Esperanza estaba como de costumbre, y eso mataba a Juana. Ella tenía que aprender la soledad. En Esperanza esa palabra es como la palabra “felicidad”, existe pero nadie realmente sabe si la ha tenido alguna vez. El rocío de rosas le había reparado una cantidad considerable de amigos variados, en especial masculinos, pero realmente ninguno que diera la vida por ella. La adicción del extranjero lo mantenía feliz únicamente cuando estaba en inconciencia. Juana se dio cuenta que si seguía aplicando la cantidad doble pronto acabaría. Inmediatamente que empezó a aplicar la cantidad normal de rocío de rosas vio el cambio en el extranjero. El volvía, poco a poco, a la seudo-conciencia, los síntomas normales del síndrome de Esperanza. Como estaba en estados normales de la enfermedad, Juana Viale ya no aplicaba los métodos de domesticamiento, el racionamiento de besos y carisias ficticias empezó a matar al extranjero. El desesperado buscaba métodos alternativos de inconsciencia, pero no había nada que se le comparara al olor delicioso del pelo negro brilloso, o el tocar delicado de sus ojos negros diabólicos. Los métodos alternativos podían garantizar la supervivencia de los fines semana, y momentos de separación (como las noches y las idas al baño). A la luz pública era una pareja ejemplar, en los momentos solitarios, cuando el extranjero consumía a Juana Viale, detrás de las paredes, a escondidas, Juana Viale vivía una compañía solitaria. Los dos eran infelices. Ella quería estar en Esperanza, el extranjero quería ser él. Cuando el extranjero sintió el pavor del racionamiento, exigió objetos variados que le hicieran compañía, como fotos, cartas de amor, más fotos, almohadas, pantalones, camisas, y zapatos. Él lo que acostumbraba era agarrarlos suavemente y olerlos hasta dormir. Lo raro era que los pantalones, camisas y zapatos gustaban las primeras semanas, después perdían el embrujo. Claro, si ella rociaba, maquiavélicamente, todos los regalos con el rocío de rosas.

Continuará...
Martes 11 de octubre de 2005
Pablo Andrés Quirós Solís

viernes, octubre 07, 2005

Las Mujeres Embrujadas de Esperanza (Parte #3)


"Juan Viale no era una fea convertida, sino era linda de nacimiento y preciosa por conversión."

Andrés tenía que saber que era el amor. ¿Pero cómo? Esa era la pregunta que se hacia a menudo cada vez que sentía algo raro por dentro, era como un susto prolongado, como cuando salíamos mal en la escuela y teníamos que firmar esas notas para devolverlas al día siguiente. Lo extraño de esos sentimientos es que no había manera de que acabaran, porque los de la escuela acababan con la fajeada, o para los de más suerte, con la regañada alentadora. Esos sentimientos eran los que aparecía con un olor, un lugar, y los peores de todos un pensamiento (más cuando sabia que la ingrata tenía otro). Si avisaran, decía por dentro, si tan solo avisaran... Para poder embriagar sus conciencia y olvidar... ¡No! Así no es la cosa, así no es... Te amo y te perdono, pero en otra vida, en otra vida... El veía a todos los despechados normales, que era simple, sin complicaciones. No podía creer que nunca habían amado, según él. El creía ciegamente que amar era entregarlo todo, poner “todo el bistec en el asador”. El abuelo, viejo cascarrabias, mentiroso, mujeriego, y ahora santo por su edad avanzada, ya que todos los muertos van al cielo, y los viejos están entre muertos y vivos, olió, como perro cazador, el problema sentimental que su nieto tenía, y como no, si el vivió como diez. El abuelo tenia todas las enfermedades graciosas. Tenia parkinson, era tartamudo, y tenía un tic nervioso que parecía un coreografía completa. Para la gente que no lo conocía, los civiles, era imposible hablar con él sin sufrir una crisis de humillante risa, para los conocidos era imposible hablar con él si uno no se concentraba en un punto, de los que no se mueve, y ponía mucha atención. Se sentó Andrés junto a él, y así no verlo directo, más por respeto celestial, que por necesidad, para oír lo que tenía que decir, ya que cuando quiere hablar se levanta y hace una coreografía particular, muy parecida a las normales solo que con un levantamiento leve de las manos, principalmente la izquierda, era zurdo.

_Muchacho, llevá la vida con calma. Yo también era como tú, solo que más guapo. Dijo el Abuelo.
_Abuelo no pasa nada, yo estoy bien (o por lo menos la cáscara). Dijo Andrés.
_Comete la vaca entera, lleva la cosa con calma. No pongas todo sobre el asador. Dijo el Abuelo.

La conversación no llevó a más, no pudo ser más claro (!) para Andrés.

Juan Viale no era una fea convertida, sino era linda de nacimiento y preciosa por conversión. El extranjero era pequeño europeo o mediano tico. Los dos no hacían mala pareja, a la luz pública parecía una pareja normal, de esos que van al cine y se despiden con sucesiones de besos apasionados. Ella seguía siendo la misma maquiavélica, pero sentía una soledad tremenda. Lloraba todas las primeras treinta noches de cada mes. El extranjero empeoró en su embrujo. Al parecer, por su misma soledad, Juana aplicada dosis dobles de belleza, y el extranjero estaba doblemente embrujado. Estaba al borde de la locura. Quería verla, tocarla, llamarla, pensarla, fumarla, tirarla, rejuntarla, rebotarla, enseñarla, visitarla, dormirla, comerla y todo eso a cada momento, cada instante. Al principio era halagador, pero pronto se convirtió en un acoso muy estresante, más cuando no quería realmente aquel mártir, era una simple mascota. Ella empezó a dominar al loco, como cuando se doma a una bestia de circo. A golpes y recompensas. Tenia su bestia bien domesticada, podía pedir lo que quisiera, con la simple paga de un beso frió desinteresado (de esos con los ojos abiertos). El extranjero, en su locura maldita, sufría del síndrome de Esperanza. La mayoría de los extranjeros, al regresar a su pueblo natal, se suicidaban, pero él estaba tan adicto a Juana que no tenía tiempo para pensar, ya que no era ni siquiera consiente de lo que hacia. Es decir, la mayoría de personas piensan que son consiente de lo que hacen por el hecho que saben lo que hacen en un tiempo y espacio dado, aunque no saben porque hacen lo que hacen, el extranjero no sabia ni eso, ni siquiera el engaño.

Continuará...


Viernes 7 de octubre de 2005
Pablo Andrés Quirós Solís

lunes, octubre 03, 2005

¿A Quién Pertenece la Ortografía?



Fotografía: “Un menú con graves horrores ortográficos, encontrado por nuestro amigo Daniel en un restaurante camino a Guapiles, que bueno ‘Sanguis’, ajajajajaj, o ‘Ofresen’, o ‘ Arros’, bueno hay muchos, búsquenlos ustedes

En un inicio las reglas gramaticales, y las reglas ortográficas eran dictadas por clases sociales poderosas, “habla bien el que habla como los popof”. Era un medio más de represión, dictan de persona vulgar, soez aquel que no cumpla con estas reglas escritas por filólogos de la high.
En la actualidad esto es mucho más difícil de creer por vivos ejemplos de palabras como “acantinflado” (adj. Bol., Chile, Méx. y Ven. Que habla a la manera peculiar del actor mexicano Cantinflas), que muestra que se incorpora lenguaje más popular, ya que es imposible comunicarse como se comunica una minoría. Este enriquecimiento del leguaje se denomina por los disconformes como una “degeneración del lenguaje”, ya que permiten que se escriba con todas las de la ley ( la de la Real Academia) de una manera popular.

Una lengua que no cambia es una lengua muerta.
Jorge Luis Borges

García Márquez creó polémica por este mismo asunto en su discurso en la apertura del Primer Congreso Internacional de la Lengua Española, en 1997.
Para Gabo esta diversificación de nuestro lengua es sumamente asombrosa. “Llama la atención que el verbo pasar tenga cincuenta y cuatro significados, mientras en la república del Ecuador tienen ciento cinco nombres para el órgano sexual masculino, y en cambio la palabra condoliente, que se explica por sí sola, y que tanta falta nos hace, aun no se ha inventado”. (Gabo, 1997). Él realiza dos propuestas: simplificar la gramática (haciendo humanas sus leyes), y jubilar la ortografía.

Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revolver con revólver. Y que de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?” (Gabo, 1997).

No era de esperarse. Estas declaraciones crearon muchísima polémica. Para algunos estas declaraciones fueron un simple desplante, una irreverencia. Según estos críticos si se realizaran estas cambios se realizarían tantos dialectos de la lengua que la comunicación seria prácticamente imposible.
La ortografía tiene dos aspectos: uno vinculado a lo autorizado, lo legitimado por la Academia, y otro con la comunicación. Este último no puede hacerse a un lado. Cada palabra evoca una imagen por el modo en que esta escrita. Muchas veces, cuando se violan esas reglas se torna irreconciliable y se llegan a la imposibilidad de su lectura. No porque esté bien o mal escrita en términos de una cierta autoridad, sino porque la escritura implica la existencia de un código. Sin Código se cae en una anarquía que hace imposible la comunicación”. (Eva Tabakián, psicoanalista y lingüista)

Entonces lo fundamental es la comunicación. Pero no todos hablamos como príncipes, filósofos, o presidentes. ¿Cierto? Entonces las reglas tiene que estar de lado de lo que la mayoría hable, para poder hablar más democráticamente, eso si, respetando a las minorías. Para poder simplificar la comunicación, sus reglas tienen que ser lo más simples posibles. ¡Que me importa a mi que la “h” de “hacer” existe solo porque guarda historia! No se trata de diversificar, sino de respetar como hable el pueblo.

Enlaces sobre el asunto:

Simplificar la Ortografía
García Márquez se a vuelto loco
Todos contra García Márquez

Lunes 3 de octubre de 2005
Pablo Andrés Quirós Solís