Tu cuerpo lo tengo bajo el agua sin anteojos,
lo tengo metido en una caja negra.
El día en donde estabas sobre el baúl de ron,
porque así es como lo quiero recordar,
habia un sentimiento mío metido en el humo.
Si, aquel humo que nunca negaste.
El humo simplemente entró en mi recuerdo,
ya que las fotos tiene ese toque peculiar,
solo huelen en los ojos de pocos,
y de los ojos va directo a la memoria,
y de la memoria ya sabes para donde.
En ese mismo instante, en la ciudad invertida,
se daban cuenta que un hombre pensaba en ella,
pensaba: donde has estado todo este tiempo?!
No es trillado, ya que leemos cuerpos y corazones,
es como leer un cielo, es como ver el horizonte
y sentirse triste, aún cuando la naranja toca el monte.
El asunto concreto, es que ayer estuve en una historia,
una historia que yo no controlo y me controla.
Esa memoria maldita solo recuerda segmentos de olor,
solo sabe que el dolor manipula el cuerpo,
y el cuerpo idiota, busca en donde liberarse.
Mi liberación tiene dos rumbos posibles,
una melancolía más, o bien, tus labios.
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