La cordillera divide el centro en dos mitades.
Estás sangrando coco en el caribe
fumando tabaco entre tambores jamaiquinos.
Un colorante azul europeo sangran los indios:
Pitufos rebeldes sobre la iglesia de la pirámide.
En las llanuras te veo entre cafetales profundos:
hablas extraño, ausente de tu sangre.
Sin embargo, los fusiles de amor te ven sufrir,
te ven luchando en la oscuridad de tu cama fría.
Estás paralizada por los barcos de oro,
por los saqueos necesarios entre las matas.
Hueles a cafetales de banano.
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