Cuando camina el agua
en los caminos del sol,
y el día del futbol,
es triste, sin magía,
nace para abajo,
gracias a la suavidad
de la tristeza mojada,
una flor invertida.
Es la flor de los muertos.
Del plato sin sal.
Del olor del otro en ella.
de los cuerpos en la acera.
Pero yo estaba ahí,
una piedra en el zapato,
nostálgica y molesta,
que empuja en todos,
y saca lágrimas de odio.
Los policías nos vijilan,
buscan los rencos,
los que arranron la suela,
los hacedores de historia.
Las cárceles están llenas,
y los bolsillos vacíos.
Los preámbulos del lunes,
son del cine y la piyama.
¿En qué momento,
veremos el jardín
invertido?
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