Ahí te huelo en lo subliminal de la hermandad.
Te veo y me pareces increíblemente preciosa,
mientras tocas mis más perversos pensamientos,
como apretar al hombre indebido.
Soy prohibido en un canal directo, pero en la fantasía
de la poesía, te toco todas las noches.
Te imagino, en una creación mística, en la vida imaginaria.
Te toco como un poeta atrapado en tu sonrisa.
Te toco en la fantasía de un lenguaje indebido,
un lenguaje de mujer libre.
Eres como un recuerdo frustrado, como un olor imaginario.
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