Te me miro a través de un cielo azul,
sin poder soñar por las noches claras.
Cada vez que te imagino, me siento al lado de un río,
en donde en el reflejo sin brillo atrapa mi frío.
Te vi una tarde de lluvia.
Descanso en los recuerdos de tu sonrisa,
del cielo compartido en las calles del barrio.
Compartimos la boca, y el trago,
compartimos esa desdicha de vivir acá.
El amor tendrá que imaginar lo imposible,
o tendrá que esperar en la boca de un abuelo.
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