Hoy entre los cielos humeantes te vi,
sentada dentro los momentos suaves del café,
el bus metálico lleno de vidas engañosas me llevada
al momento maquiavélico de volver a sentir tu dolor
intravenoso, aquellas salidas de protocolo, con el fin
de vernos sin sentido los defectos de tu calor y mi frío.
Hoy se que no tengo mis ojos compasivos
de mirarte caminar dentro de los destellos estelares,
sentir que sin ti la lluvia corroe mis entrañas.
Lo se, hoy ves otras vidas camino al volcán,
acompañados de tus temores de las próximas 24 horas,
sentada dentro de la cáscara de limón dulce,
que solo sirve para tirarla a la tierra arcillosa.
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