Tirando piedras a una pared huerfana de casa...
¡y sale un piedrero reclamando a Dios por la lluvía de manzanas incomibles!
Todo eso, mientras gente orina su alma, y tiran unas cuantas caridades a un banco Suizo.
Para mi la piedra es una extensión de mi furia hacia el tiempo, pero vivo en una ciudad de mierda
y los piedreros le vale una picha que el tiempo tome café con el jefe.
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